DEDICATORIA

No me olvides amor, yo te lo ruego,
de mi vida, tu amor es el sostén,
soy culpable, en verdad yo no lo niego,
más, no dejes de amarme dulce bien.

Culpable soy, porque las bellas flores,
de tu edén perfumado deshojé,
y de tus lindos ojos, los fulgores,
las negras nubes del pesar troqué.

Pero esas penas, que por mí padeces
acrecientan ... mi dolor.
En mis noches de angustia,
cuantas veces he llorado por ti, mí caro amor.

Olvida pues, la dolorosa historia,
que turba de tu espíritu la paz
y guarde solamente tu memoria,
nuestras horas de amor y de solaz.

Que yo te juro, amor de mi vida
que siempre, siempre te querré
adiós mi amor, se acerca mi partida
y con tu amor dichoso yo seré.

Valencia, 16 de Diciembre de 1967